jueves, 31 de julio de 2014

Mi "shit happens day"

"Shit happens" es un idiom inglés que significa literalmente "la mierda pasa" (aunque no se traduce al español así porque esa frase hecha no existe en nuestra lengua, por más que quieran colárnosla en pelis y series traductores infrapreparados o quizás infrarremunerados que pasan de todo), pero va más allá de las palabras con las que se forma la expresión, responde a una filosofía vital. Las cosas desagradables pasan, por más que queramos evitarlas, así que lo mejor es encogerse de hombros y seguir viviendo. Es como el españolísimo "¿qué se le va a hacer?" o el "c'est la vie" de nuestros vecinos. También había por ahí un proverbio chino que aludía a la misma filosofía, es un pensamiento bastante universal independientemente de cómo se exprese.

Dudo que esta expresión tenga un día en el calendario para ella solita, pero a lo largo de mi año hay varios "shit happens days", y hoy ha sido uno de ellos.

Hoy me levanté esperando bastante de las horas que tenía por delante, tenía una jornada de senderismo por el río, iba a bañarme en piscinas naturales y por la noche barbacoa en la terraza. Pintaba bien, ¿verdad? Pues sí, pintaba.

Empezamos a andar por el río, el agua fresquita y estupenda, la temperatura ideal. Yo iba admirando el paisaje, maravillada, cuando de pronto... zas! Una cañita brava que había entre dos piedras bien agarradita me hizo un buen corte en la pierna a la altura de la rodilla, en la cara interna del muslo.


Esa Cañita Brava no

Una de esas fue, esa es la foto de la rueda de reconocimiento :)
Si alguien creía que eso de que las cañas cortan es una leyenda urbana, que sepa que no, que es verdad de la buena porque yo lo he sufrido en mis carnes y nunca mejor dicho. Y no porque mi pierna tenga la consistencia de la mantequilla, eso habría cortado la pierna del más pintado. De mi herida, esa que podría haber sido una cuchillada perfectamente por la pinta, empezó a salir sangre, era una escena algo gore. No es que fuera una barbaridad de sangre, pero no dejaba de salir y a mí me daba entre miedillo y cargo de conciencia por haber fastidiado el día de senderismo a mis acompañantes.



Bueno, mis acompañantes eran de confianza, mi señor esposo y cuñado, eso hacía que me sintiera un poquito menos mal, pero aún así lo sentía y sobre todo por el segundo que no había visto aquello nunca. Allí estaba yo, con mi cara descompuesta cuando mi señor esposo (en adelante R) me echó una mirada de "ya te vale que para una caña que había te has tenido que rajar con ella", a lo que yo contesté con una mirada de "encima de que me he cortado no me pongas caritas, que pienso seguir andando en cuanto se me pase, además, cuando te accidentas tú yo no te echo miradas de reprobación". Sí, todo eso se dijo allí en ese momento sólo con los ojos. Son habilidades que se desarrollan, tantos años juntos dan para mucho.

Yo estaba segura de que la sangre se cortaría en algún momento, eventually que dirían los ingleses (porque eventually NO significa eventualmente como nos quieren hacer creer los traductores esos de los que os hablaba antes), y pasó, aquello seguía teniendo un aspecto totalmente grimoso pero al menos ya no sangraba. Y proseguimos.

esperando a que el agua fría hiciera efecto en la "heridilla"
De camino a la cascada donde acababa nuestro viaje de ida empecé a notar una molestia en la barriga y en los riñones, fue muy extraño porque ese es justamente el dolorcillo que me noto cuando me toca pasar por ese mal trago por el que todas pasamos una vez al mes, pero no me tocaba y por lo tanto no lo esperaba, ¿por qué de pronto me dio ese dolor tan mal rollito si era imposible que fuera eso? Pues no era imposible, de hecho lo fue, y no sólo fue el dolor a más sino que tuve que hacer un apaño con unos pañuelos detrás de unos arbustillos. Sólo me había pasado algo así en una ocasión hace bastantes años, con tanta suerte que me pilló en Bodybell donde pude comprar aperos y escaparme al baño del Corte Inglés de oportunidades que había a escasos metros. Tuve mucha suerte aquella vez, tuve tanta que la gasté toda y para hoy no dejé ninguna.

En el camino de vuelta tuve constantemente la sensación de que había algún tipo de duende puñetero del bosque alargando el río cada vez que estábamos cerca del fin.

Andando por piedras escurridizas, a cuatro patas a veces para evitar un traspié y hocicar, sorteando ramas, troncos, gente y cómo no, cañas, yo tenía un movimiento al más puro estilo Chiquito de la Calzada.

Pedruscos con verdina y agua a cascoporro, combinación mortal

Mi consuelo es que mi cómica estampa  haya arrancado una sonrisa a todo el que me viera. Llegamos al principio del camino, pero el coche aún estaba a unos metros... cuesta arriba. Menos mal que mi querido amorcito, mi R lindo, fue a por el coche para recogernos y que yo no reventara. Me quiere viva, ahora lo sé, jajaja.

Ya en casa ducha reconstituyente, Betadine y apósito




y que la barbacoa salga bien porque si no más me vale acostarme y que amanezca otro día, an awesome one this time, please!












¿Cómo ha sido vuestro día de hoy?
¿Habéis tenido alguna vez un "shit happens day"?


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miércoles, 30 de julio de 2014

Menos es más, pero según cómo.

Yo soy la primera firme defensora de esta máxima de que "menos es más", pero también hay que saber que un idioma tiene muchos matices y que existe el sentido figurado. Poner en un comedor donde tienen que comer siete personas una silla y una mesita ridículas no es más. Poner en una terraza una maceta casi imperceptible en un rincón tampoco es más, igual que no lo es aportar simples monosílabos a una conversación. Hay que saber leer entre líneas y usar un poquito el sentido común para saber que menos siempre es más, pero no siempre en sentido literal.

Hoy voy a centrarme en la moda, el mundo "trapos", que tanto me gusta. No soy una incondicional de la moda, sólo de las prendas que encuentro inmensamente chulas y me roban el corazón, por eso no dejo de sorprenderme cuando la gente sigue la moda a ciegas por menos favorecedora y chabacana que sea. Por favor, que alguien invente el criterio en pastillas ya! Para ir guapa, para que se fijen en ti, para llamar la atención y recibir elogios no, no hace falta salir a pasearse casi en bolas por las calles de tu ciudad. Menos ropa no es más glamour, ni ir más sexy ni ir más nada. Bueno, sí, más ordinaria. Bastante.

Lo mismo es que la gente quiere ir así a posta, y yo voy y me creo que van ordinarias sin saberlo. Digo ordinarias, en femenino, porque la palabra "gente" es femenina, ojo, porque lo mismo que hay muchas chicas que enseñan demasiado (todo esto a mi humilde parecer), hay chicos a los que les pasa exactamente lo mismo. Un llamamiento a los muchachos que pasan sus tardes muertas en el gimnasio: no hace falta ponerse camisetas ceñidas con cuellos de pico hasta el ombligo para que se note que no pasáis la tarde en casa leyendo como los pringaos (espero que la ironía haya traspasado la pantalla).


Llevar bragas vaqueras y enseñar medio cachete no es más
Esta chica paseando en braga vaquera atraerá muchas miradas, pero de qué tipo?

Comprar pantalones que te aprietan sólo para demostrar que cabes en una 38 no es más


Que tu camiseta tenga menos mangas que las de tu amigo es enseñar más bíceps, pero tampoco es más
Llevar un logo gigante en la ropa tampoco es más

Levar una camiseta con más pico que tela no es más


Y ahora un caso, a modo de ilustración, en el que menos es más. Con la décima parte de maquillaje y unos aros diez veces más pequeños, esta muchacha estaría monísima!








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martes, 22 de julio de 2014

Reflexiones de Miss Pompis vol.1

En nuestro país, y el los países vecinos, y en casi todos me atrevería a decir, hay una presencia importante de mujeres con un trasero a tener en cuenta. Mujeres de caderas anchas, trasero generoso y muslos a juego con el conjunto. No me refiero ni siquiera a mujeres de tallas especiales, no. Somos muchas las que estamos en la media, como las que se ven a millones por las calles de cualquier sitio.

Vivan las redondeces, hombre!
Obviar que existen mujeres con caderas sería como ir por la vida con los ojos vendados, y aún así parece que hay grandes multinacionales de la industria textil que pasan de nosotras como si no tuviésemos derecho a vestirnos. Así es. Bueno, a vestirnos de cintura para abajo y a ponernos vaqueros más concretamente.

A las mujeres con un trasero generoso los talles bajos no nos suelen hacer un favor, porque si con suerte conseguimos meternos en un pantalón de esos sin que quede nada fuera, no podemos ni pensar en sentarnos, o dejaremos de tener secretos para nadie. Además siempre puede haber algún graciosillo que aproveche la coyuntura para echarnos una monedita en la hucha. Entonces... ¿por qué esa obsesión con poblar las tiendas de talles bajos sin ofrecer alternativas? ¿Por qué cuando hay alternativas no las hay de nuestra talla, con la faltita que nos hacen?

En Zara yo ya ni entro, porque salgo siempre con un sentimiento de entre depresión e ira, tras intentar meterme un pantalón de la 42 que con suerte encuentro en alguna percha y fracasar estrepitosamente en el intento (y me niego a tener que vestirme con ropa de "señora" con lo cual a esa parte ni voy). En Bershka tampoco, porque pasa igual con las tallas y encima la calidad de la ropa deja mucho que desear. En Stradivarius tampoco porque aunque a veces he encontrado alguna falda decente, el ambientador tan fuerte que echan en todas las tiendas me impide cruzar el umbral y durar más de 5 minutos sin tener ganas de echar el desayuno/almuerzo/merienda (elegir opción según la hora a la que me aventure a entrar). He acabado por no entrar a ninguna tienda del grupo Inditex, porque además me da mucho coraje que luego la gente lleve los modelitos de estas tiendas como si de uniformes se tratase. Pero no es sólo Inditex, a los de Mango al parecer tampoco debemos caerles demasiado bien.

Menos mal que hay marcas que sí nos tienen en cuenta, y siempre puede una confiar en encontrar unos vaqueros en el Corte Inglés (no soy gran fan de la cadena pero no tengo muchas más opciones, que yo conozca, para comprarme vaqueros de una cierta calidad y en los que quepa), o Primark (me encantan los pantalones de colores, aunque son finitos y se desgastan un poco pronto con el roce de los muslos, pero por 10€ poco más podemos pedir encima de que podemos elegir entre multitud de colores). Éstas son las que yo uso habitualmente, aunque seguro que hay más. ¡Menos mal que no todo es Inditex!

¿Dónde compráis vosotr@s los pantalones?
¿Soléis tener problemas con las tallas?
¿Cuál es vuestra marca preferida?

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domingo, 20 de julio de 2014

Infusiones en frío, mi nueva obsesión.

Las infusiones me encantan, me hacen estar bien hidratada y son menos aburridas que el agua pelá y mondá. En invierno son muy agradables porque están calentitas y a mí personalmente me encanta agarrar bien la taza y notar cómo mis manos dejan de estar como dos témpanos de hielo para volver a tener temperatura de mamífero de sangre caliente. Pero donde vivo el frío dura poco, con lo que el tiempo de las infusiones invernales dura un suspiro. Y es una pena, oiga, ¡con lo que a mí me gustan!

En más de una ocasión he pensado en hacer una jarra de té frío, pero una jarra es una barbaridad porque me la tendría que beber yo sola y al día yo de dos tazas no suelo pasar. Entonces descubrí los paquetitos de té Hornimans para hacer en frío. Así, directamente, agua muy fría, bolsita, y al rato tienes una bebida sana y bien fresquita para disfrutar cuando más te apetezca. Compré dos paquetes, uno de cada (en la tienda sólo había dos sabores, pero investigando por el ciberespacio he descubierto que hay un tercero), y me decidí a comprobar cómo estaba aquello, si el resultado sería tan bueno como esperaba que fuese, ¡y la verdad es que no estaba nada mal! Sólo llegué a acabar el paquete del de limón, porque mi querida Phoebe (mi perra) decidió probar el paquete de frambuesa e hibisco pero de otra forma. las infusiones no van con ella, prefirió comérselo que así se aprovecha más la sustancia. De todas formas y a pesar de la trastada tuve tiempo de comprobar que se podía infusionar en agua fría y eso hizo que se abriera ante mí un mundo lleno de posibilidades.

Desde que comprobé que lo de infusionar en frío funcionaba no he parado de probar brebajes. Agua mineral sin y con gas también (con gas le da un toque diferente, más de refresco, y ni que decir tiene que mil veces más sano), con infusiones de frutas solamente o de mezcla de té verde y frutas, con su rodajita de limón o sin ella. Me queda probar qué tal quedarían con gaseosa, ¡quizás sea un invento! Pero por ahora lo voy a dejar aquí que me está dando sed y creo que me voy a preparar una infusión de piña colada bien fresquita.


Y a vosotr@s

¿Os gustan las infusiones?
¿Habéis probado ya alguna infusión en frío?
¿Cuáles son vuestras infusiones favoritas?



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martes, 15 de julio de 2014

Pellizcos de monja

No soy para nada partidaria de la violencia, pero a veces creo que en su justa medida es la solución a futuros males mayores. Algunos niños necesitan al menos un buen pellizco de monja para su correcto desarrollo y futura transformación en ciudadanos de pro. Tras soltar una imprudencia por la boquita que pone a sus padres en vergüenza (si es que la tienen, empecemos por ahí), tras poner su propia integridad física o la de otro en peligro con el consiguiente susto de muerte para sus progenitores o los progenitores de la víctima, tras liarla parda en el súper abriendo paquetes de cosas, metiéndolo todo en el carro porque le apetece o montando un espectáculo porque quiere un huevo Kinder (tres posibilidades de entre una lista quasi infinita, el súper da para mucho). Tras todo eso un pellizquito es mano de santo.




Y es que hoy en día la gente parece tener un miedo atroz a tocar a los niños, en la calle por el qué dirán (supongo) y en casa ni idea de por qué, igual les da pereza o algo. Luego pasa lo que pasa, y es que los niños se suben a la chepa, pasan a ser adolescentes subidos a la chepa y al final vienen los lamentos y el típico "¿qué he hecho yo para merecer ésto?". ¿La respuesta? Mejor pensar en qué no se hizo: no pegar un buen pellizco de monja a tiempo.


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sábado, 12 de julio de 2014

Pequeñas grandes cosas

A veces pienso y le doy vueltas a las cosas, a la vida y a todo lo que ésta incluye y al final llego a una serie de conclusiones. Me gusta pensar que soy una especie de filósofa, a mi manera, ¡y mira que me gustaba poco la filosofía en el insti! Sobre todo cuando me tocaba estudiarme lo que pensaban unos señores que ya no se encuentran entre los vivos. A mí me interesa lo que yo pienso y lo que piensa otra gente educada y culta con la que poder conversar. Y lo de educada y culta lo digo porque me gusta conversar, no discutir cayendo en las descalificaciones y los gritos, y con gente sin cultura ni educación pues es complicado (por no decir que es gente que tampoco se molesta en pensar mucho con lo cual tampoco tienen mucho que aportar a la conversación). Y no hacen falta ocho carreras universitarias, ni siquiera una, sólo lo anteriormente mencionado: cultura y educación.

En fin, prosigo que ve voy por las ramas!

A veces pienso, aunque eso ya lo he dicho, y una de esas conclusiones a las que llegué es que la vida está llena de pequeñas grandes cosas que hacen que todo sea más divertido, agradable, interesante, bonito y en suma mejor.

Estoy firmemente convencida de que todos tenemos nuestras pequeñas cosas, pero sólo son plenamente felices aquellos que son capaces de identificarlas y darles el valor que merecen. Una taza de café recién molido,

el tacto suave de un jersey calentito en invierno, una siesta en el sofá, escuchar nuestra canción favorita, tumbarse al solecito en la playa a leer un buen libro,pegarse un chapuzón cuando el calor aprieta, tomar algo rodeado de buenos amigos, la familia, esa persona que siempre está contigo en lo bueno y sobre todo en lo malo, los lametones mañaneros de tus perretes, 

Mirad qué carita se gasta mi Nero, jaja, para comérselo! 


dormir hasta tarde el fin de semana, ese vestido tan precioso que te alegra un día gris, una taza con una infusión calentita cuando tienes las manos congeladas... 



esas son algunas de mis pequeñas grandes cosas, pero son tantas que no cabrían aquí, y seguro que no podría acordarme de todas, y lo mejor: hay tantas por descubrir! Eso es lo más genial de todo, esas pequeñas grandes cosas a veces son nuevas y totalmente inesperadas.

Seguro que todos tenéis las vuestras, y si pensáis que no cerrad los ojos y pensad en aquello que os hace sentir bien, que os reconforta y os llena de felicidad aunque sólo sea por unos instantes. Esas son, anotadlas, que no se os olviden porque son las que hacen que en vuestro interior brille el sol aunque el cielo esté lleno de nubes.


¿Cuáles son vuestras pequeñas grandes cosas? 


¿Qué os hace felices?


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miércoles, 9 de julio de 2014

Frente al sol, crema solar, natural!

Hace tiempo que me intereso por los productos de cosmética natural y que sigo el blog de MISS BIO, es de lo más interesante y se lo recomiendo a todos los que tengan inquietudes sobre este tema. Hoy ha publicado un post a propósito de los protectores solares (aquí el post en cuestión), y me ha convencido absolutamente! He decidido probar la crema solar de Green People.



No tenía ni idea de lo que eran las nanopartículas, aún estoy un poco verde en estas cosas (verde, jeje, qué chispa tengo), me queda taaaanto por aprender... pero desde luego me quedo muchísimo más tranquila sabiendo que a partir de ahora voy a usar un protector solar que recubre las nanopartículas para que no anden libremente por mi cuerpo jodiendo la marrana fastidiándolo todo. Me paso al solar verde.

He hecho mi compra en Cocunat, por tu primera compra tienes un 5% de descuento, los solares tienen un 10% y a partir de 50€ de compra te hacen un regalito y hacen una donación a la fundación Sandra Ibarra de apoyo contra el cáncer. Bueno, por cada compra superior a 50€ se destina 1€ pero menos da una piedra y ya es más de lo que hacen muchas empresas. Los precios, al menos de los productos que yo he comprado, son los mismos que en otras webs que he consultado, aunque en ésta tenemos esos descuentos adicionales que nos reducen un poquito el importe del carrito. Ah! Y gastos de envío gratis a partir de 35€.

Nada, nada, no hay excusa para no embadurnarse de Green y tumbarnos al sol a la bartola.


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martes, 8 de julio de 2014

Mens sana in corpore sano

Ya lo decían los romanos, eso de "mens sana in corpore sano", y hay que ver lo fácil que es decirlo y lo complicado que resulta llevarlo a la práctica.

A mí me resulta terriblemente difícil cumplir la parte de lo del "corpore", porque aunque intento tener una dieta equilibrada y variada y beber mucha agua e infusiones, hacer deporte se me hace bastante cuesta arriba. Pero este verano me he hecho a mí misma una promesa, y es que voy a poner mi cuerpo a la altura de mi mente, o por lo menos salvar la abismal diferencia que existe a día de hoy. A ser fuerte toca, a desempolvar mi Mp3 lleno de mis "songs to run" y a la de una, a la de dos y a la de...ya!



Os iré poniendo al día sobre mis progresos porque confío en que los habrá y que poco a poco me acercaré a la Isabella versión 2.0.

Hoy os dejo con una de esas "songs to run", un topicazo, lo sé! Pero sigue motivando por más décadas que pasen.


Eye of the tiger - Survivor

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miércoles, 2 de julio de 2014

¿Bullies a mí? ¡Ja!

La adolescencia es una edad complicada por la que todos hemos pasado, y el que más y el que menos ha pasado por una etapa de patito feo que no resulta nada agradable y mucho menos fácil y sin embargo no puede uno evitar mirar atrás con nostalgia. Contradicciones del ser humano. Yo tengo recuerdos desagradables de "aquellos maravillosos años", pero también tengo historias y anécdotas geniales y amigas que hice por aquel entonces y que aún conservo y que son igualmente geniales. Ayer hablando con una amiga desempolvando historias de adolescencias pasadas recordé yo una...

Esas aulas de mobiliario verduzco, cuántas horas no he pasado y pasaré rodeada de ellas...


En los años de instituto no era ni la más guapa, ni la más popular ni la más nada, con lo cual no destacaba por nada en especial. Bueno sí, sacaba siempre dieces en inglés y eso parecía darle coraje a alguno. Alguno que iba a mi misma academia y al que no le lucían mucho las clases, ¿sería porque hacía los deberes en la puerta antes de entrar? Quizás. El caso es que el chaval en cuestión se tenía por guapo aunque a Dios pongo por testigo de que no lo era, juraba que era pelirrojo natural pero cada cierto tiempo todos le veíamos las raíces, no era simpático y le habría gustado ser el que más inglés sabía pero tuvo la mala suerte de tenerme en su clase.

Los días se sucedían y él no dejaba pasar la oportunidad de meterse conmigo repitiendo que tenía bigote (yo) y que a ver si me afeitaba. El pobre no tenía más argumento que ese, y no tenía la suficiente imaginación para inventarse otro así que se repetía más que la morcilla, animalito. Mi respuesta solía ser también la misma: "yo cuando quiera me quito el bigote, pero la cara que tú tienes tiene peor arreglo". Cuando podía lo evitaba, pero en clase de música no era nada fácil, porque nos colocaban por orden de lista e iba justo delante de mí, ¡qué suerte loca la mía! Y justo un día, y la culpa quizás fue mía por abusar de mi superioridad intelectual (no vamos a mentirnos, yo tenía más luces que él y las neuronas más espabiladas) y a alguna cosa que me dijo para que yo me sintiera mal yo le contesté dejándolo un poco por los suelos, y él era un poco gilipollas tonto pero de eso sí pareció darse cuenta, y de vuelta a nuestro aula habitual se me acercó y me preguntó que si antes me había estado cachondeando de él. Ya dije que era un poco tonto... Mi respuesta fue que no y que me dejara tranquila y en paz, pero lo que conseguí fue la amenaza de clavarme un portaminas con la punta de metal. Me dio tanto coraje que me amenazara que le dije que a ver si se atrevía. ¡y se atrevió! Me pinchó en el antebrazo, y yo estaba tan rabiosa que ni lo noté, así que aprovechando la coyuntura lo sonsaqué para que volviera a hacerlo y lo volvió a hacer, pobre tonto. Hasta cuatro veces. Lo que él no sospechaba era que mientras me pinchaba con su super portaminas yo estaba tramando un plan. Muahahah!!



Al entrar por la puerta el profesor, en esta ocasión de lengua, le enseñé mi antebrazo acribillado y le pedí permiso para bajar a ver al jefe de estudios acompañada por mi querida amiga Elena. Y allá que fuimos. Ella recuerda aquel día como la mejor actuación teatral en vivo que haya visto, pasando escaleras abajo de la rabia a la risa y de la risa al llanto desconsolado en cuanto crucé por la puerta del despacho del jefe de estudios. Hice un papel que habría merecido como mínimo una nominación al Oscar. A la jefa de estudios adjunta la convencí desde el primer momento, hasta me curó el brazo, y mandó a por mi némesis al conserje que más miedo daba. El conserje en cuestión era un ex militar como un armario empotrado con una voz de ultratumba que hacía que te cagaras de miedo entrara miedito aunque simplemente te diera los buenos días. Y allí que fue el hombre a por el pobre mequetrefe.

Esas mismas escaleras que yo bajé disfrutando del puro que le iban a meter las bajó él acongojado por esa misma cuestión. Tuvo una charla con el jefe de estudios y no volví a ver su "pelirroja" melena en una semana. Y a la vuelta, suave como un guante.

¿Bullies a mí? ¡Ja!

Yo tendría bigote, pero por desgracia para mi bully particular ni un sólo pelo de tonta.

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