sábado, 17 de mayo de 2014

And there there were three. (Y entonces hubo tres)


 Después de hacerle un pequeño homenaje a Genesis (el grupo de música) en el título del post y como lo prometido es deuda, hoy voy a presentaros a mi tercer y último par de Converse. La historia de este par no es rocambolesca ni excitante, ni demasiado especial, aún así las compré por un motivo (porque siempre hay uno por pequeño que sea).

Después de tener un par de converses rockeras (para mí lo eran, son y serán) y unas de flores muy primaverales, me quedaba un poco la cosilla de no tener un par más normal, más ponible con todo pero que no fuera liso y básico. En principio parece complicado, pero todo es cuestión de buscar, y a mí buscar en eBay me fascina y encontrar ¡más!


Y después de un buen rato encontré el que había nacido para ser mi tercer par, porque eran grises, tenían lunaritos, porque mantenían el equilibrio perfecto entre ponible y original, y porque, señores, ¡eran de piel! De piel vuelta para ser más exactos. Geniales para invierno también, síííí. Y una vez más para nada caras teniendo en cuenta que al fin y al cabo son unas Converse de piel. 



¿Qué os parecen?

Lo malo es que hasta septiembre mínimo no creo que las use porque con estos calores sufro una especie de claustrofobia podal, ahora mis pies piden sandalias y nada más que sandalias y yo no puedo evitar mimarlos y darles lo que quieren.

Así que las guardo en la caja otra vez y ¡ hasta después del verano !

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viernes, 9 de mayo de 2014

Soy preciosa porque lo digo YO!

Soy preciosa porque lo digo YO, y punto !

Harta estoy ya de que una serie de mentes "pensantes" que trabajan para la industria (cosmética, de la moda, alimentaria, etc) sean los que decidan los centímetros que me faltan, los kilos que me sobran, si tengo las cejas demasiado anchas o los muslos demasiado celulíticos. Si mi pecho es demasiado pequeño, o está demasiado caído, o no es lo suficientemente firme y redondo. Una gente que no me conoce ni de la bulla de la feria no va a decirme cómo soy o cómo debo ser. No voy a entrar en aquello de que las mujeres con curvas son más sexys, más mujeres o mejores, no, pero peores tampoco. Estoy hasta el moño de que a las mujeres se nos imponga un modelo de belleza al que todas debemos aspirar sin tener en cuenta que cada persona es diferente y debería tener como único referente la mejor versión de sí misma, no la mejor versión de alguien que poco o nada tiene que ver con ella. ¿Puede una mujer de hueso ancho dejar de tener el hueso ancho? ¿Puede una mujer baja tener las piernas kilométricas? ¿Puede una mujer muy alta menguar unos centímetros? No, ni falta que hace.

Por un centímetro no mido 1,60. Me sobran, según el endocrino (que supongo sabrá lo que se dice) 15kg. Tengo celulitis y mollas (los kilos que sobran en algún lado los tendré que meter). Y soy feliz mal que les pese a las altas esferas, porque alguien feliz no es rentable (no les compro todas las cremas milagrosas que anuncian, ni todas las máscaras de pestañas esperando que cada una supere a la anterior, ni todos los tratamientos capilares, etc). No suspiro por que se me noten las costillas, ni por medir 10 centímetros más, ni por tener los labios de Angelina Jolie ni nada de ninguna famosa. En mi humilde opinión tengo un cerebro que funciona lo suficientemente bien como para saber que no me merece la pena perseguir quimeras y que es mucho más recomendable ser feliz con lo que uno tiene, o uno no será feliz nunca.

Atención: El reflejo en este espejo puede estar distorsionado por el ideal de belleza creado por la sociedad
(una traducción un poco libre, pero el mensaje ahí está)


Odio todos los anuncios de televisión en los que mujeres delgadísimas desayunan por las mañanas cereales que saben a cartón, comen como si fuera una delicatessen yogures que no son yogures o van a sustituir dos comidas diarias por una barrita de Bimanán porque una amiga se casa. ¿Para cuándo esos mismos temas enfocados a hombres? En los anuncios los hombres se van de cervezas, se echan desodorantes gracias a los cuáles les llueven señoritas del cielo o conducen cochazos.

Harta estoy ya de toda esa presión, no porque me afecte (ya no, nunca más), sino porque hay muchas personas a las que sí y por culpa de eso no disfrutan de la vida y de su cuerpo (que para eso es suyo) todo lo que deberían.

"Beauty is a state of mind" (la belleza es un estado mental), y aunque la frase está algo manida la repito porque es verdad. Si nos aceptamos e intentamos ser la mejor versión de nosotras mismas, saldremos por la puerta con la absoluta convicción de que somos preciosas, y eso se transmite. A nadie le quedará ninguna duda de que somos estupendas.

Y me despido con la imagen de aquella campaña sobre mujeres reales de Dove, que me encantó.



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martes, 6 de mayo de 2014

Converse Marimekko

Creo que todos a estas alturas sabemos qué son unas Converse, pero igual Marimekko no nos suena tanto. Yo hasta hace poco no sabía que conocía a Marimekko de vista, como se conoce a alguien con el que te cruzas por la calle un día y te llama la atención por la chaqueta que lleva puesta o por el peinado. La conocía sin saberlo pero lo que había visto me gustaba, sí señor.

Bueno, echando mano de lo que viene en su web os diré que Marimekko,  “established in 1951, is a Finnish textile and clothing design company renowned for its original prints and colors.” (fundada en 1951, es una compañía de textiles y diseño de ropa reconocida por sus originales estampados y colores ). Hoy en día es mucho más que eso, pues en colaboración con diferentes marcas acaba apareciendo en los objetos más variopintos incluyendo, qué sé yo, hasta camas para perros o sombrillas para el jardín. Y nada barato por cierto.

La primera vez que vi algo de Marimekko fue precisamente la cama para perros de la marca Fatboy, de tela resistente al agua rellena de un saco con bolitas de prorexpán (o algo así), parte de la colección que Marimekko hizo para esta marca.


Las flores rojas me enamoraron (al parecer es uno de los estampados emblemáticos de Marimekko, las hay de muchos colores pero las rojas son las más clásicas), y se me quedaron grabadas aunque no tenía ni idea de que eran uno de los estampados símbolo de esta marca finlandesa. Pensé que eran unas flores cualquiera, muy chulas pero nada más que unas florecillas en una cama para perros.

Un tiempo después leí algo sobre la marca en un blog de una chica sueca que se había hecho un vestido con una tela muy colorida, pero no era de ese estampado y no asocié la marca y las flores rojas que tanto me habían gustado. Eso pasaría una tarde de este abril buscando en eBay unas Converse bajas. Sí, ¡encontré unas Converse de Marimekko! Bueno, encontré varias, pero justamente las bajas tenían esas flores que tanto me habían gustado, ¡y en rojo! ¡y no eran caras! A la saca.



Y llegaron en una caja un poco machacada que contenía un tesoro, pues no sólo estaban dentro las tan deseadas sneakers, venía una chulada de bolsa para guardarlas. Aún no las he guardado en la bolsa, pasan muchas horas en mis pies en estos días de temperatura veraniego-primaveral. Además las flores son muy de esta época, ¿verdad? A mí personalmente me encantan éstas, quizás porque me recuerdan a mi flor preferida, la amapola.



Y a vosotras, ¿Qué os parecen?
¿Conocíais Marimekko?

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sábado, 3 de mayo de 2014

Mis Converse de leopardo

Antes de sospechar que el “animal print” lo estaba petando esta temporada (empecé a olerme la tostada cuando vi leopardo hasta en trapos para la cocina) fue cuando me enamoré de mis primeras Converse.
En octubre yo aún no tenía idea de las tendencias de temporada, modas, fads o como se las quiera llamar, no tenía ni idea de que el animal print iba a ser prácticamente un básico, en serio que no. Fue antes de todo esto cuando yo, una tarde, me puse manos a la obra en busca de las Converse que aunaran más “Bes” (Buenas, bonitas y baratas) de todo el ciberespacio (¿Por qué unas Converse? Para saber más pásate por aquí),  aunque empecé y acabé en eBay, porque me daba un poco de pereza ponerme a investigar en el ciberespacio entero, la verdad. Y así, buscando buscando, guardando en seguimientos, comparando precios gastos de envío incluidos y descartando las que valían un huevo de pato acabé teniendo sólo dos pares en la lista. Casualmente dos con animal print, unas de leopardo color leopardo justamente , y otras de leopardo en rosa pastel y gris.

Leopardo… el leopardo me gusta en su justa medida y porque me parece muy rockero ochentero, pero se me olvida que en las manos equivocadas (las más) puede transformarse en el colmo del chonismo (o chonerío). Después de devanarme los sesos tomé la decisión de comprar las de leopardo color leopardo, valga la redundancia, por eso de que los tonos marrones son más combinables y tal, pero sin olvidarnos de que no dejan de ser unas Converse de leopardo. ¿He mencionado antes que eran de leopardo? Por si no lo he hecho lo digo ahora, eran de leopardo. Jajaja.

Y en un último arrebato las compré, porque era el último par y algo me decía que si las dejaba escapar iba a tener pesadillas en las que vendrían a por mí para llevarme con ellas al infierno.
(Mis queridas Converse)



Por aquel entonces yo sólo tenía en mente lo rockeras que eran, entre el look punk y el glam, eran lo más, no podía dejar de mirarme los pies, era casi enfermizo. Estaba enamorada de mis Converse, en una nube de la que bajé de golpe y porrazo casi descalabrándome por el camino. ¿Qué sucedió? La choni más choni de las chonis que conozco, y después la segunda y más tarde la tercera (de una larga lista que vino después, al fin y al cabo soy profe y me enfrento a hordas de chonis a diario) dijo, a voz en grito al más puro estilo omaíta: “¡Me gustan tus zapatillas!”

Ahí me di cuenta de que a mí me parecerían rockeras y lo que tú quieras, pero para ellas eran chonísimas (mix de chonis y monísimas). Pero no importa, ahora tengo a mis chonis locas con las zapatillas, me he convertido en alguien muy guay (me da la risa sólo de pensar que uno puede ser guay, o no, dependiendo de los zapatos que lleve puestos) y para mí estas zapatillas siempre serán especiales, siempre serán las más rockeras y las chonis que piensen lo que quieran.


My Converse Rock!

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