lunes, 25 de agosto de 2014

Mis compritas anglobelgas

Este verano parecía estar discurriendo lentamente hasta que llegó agosto y entonces los días se precipitaron de tal forma que a día de hoy estamos casi encajados en septiembre y en el comienzo de un curso nuevo. Pero a pesar de lo rápido que ha pasado me ha dado tiempo a hacer una breve pero intensa escapada fuera de las fronteras de esta querida España nuestra. Más concretamente una semanita a Bruselas con finde en Londres.

El por qué de ir a Bélgica es muy sencillo. para mí es un destino recurrente no sólo por el chocolate, sino porque tengo una tía allí y si voy pues viajo y además la veo con lo cual mato dos pájaros de un tiro (por cierto, ¿alguien sabe cómo expresan esa misma idea los ingleses? ¡Espero vuestras respuestas en los comentarios!), y lo del finde en Londres pues nada, que fui una vez hace muchos años y aún no había vuelto, y como profe de inglés me siento en una especie de obligación (autoimpuesta of course) de ir a las islas británicas de cuando en cuando. Aunque en realidad lo mismo daría que no fuera, porque vivo en una urbanización de la Costa del Sol que tranquilamente podría rebautizarse como Guirilandia.

Durante esa semana anduve mucho, utilicé más medios de transporte públicos que a lo largo de todo un año, comí más chocolate del recomendable y me perdí en más de una ocasión lo que dicho sea de paso es marca de la casa: Me pierdo hasta en el pueblo más canijo, así soy yo. Pero hoy vengo a compartir mis compras, no mis penas! Y ahí van:


Para empezar tenemos potingues, en concreto una BB Cream absolutamente genial y recomendable y dos bálsamos labiales, uno rosita de melocotón y otro algo más oscuro de frambuesa (tiré la caja) de la gama Bio Beauté de Nuxe. Desafortunadamente no se comercializa en España esta línea de productos, aunque sí la línea de Nuxe normal, llena de químicos y cacas varias. ¿Por qué? A saber. Pero si tenéis oportunidad de viajar a Francia o Bélgica no dudéis en probar los productos, de venta en farmacias aunque en el aeropuerto os sale bastante mejor de precio.


Todas estas preciosidades son de Lush. Parece más, pero son apenas 3 cositas: un bálsamo con color que huele como a mantecado (adictivo) que tiene como único inconveniente que tiene bastante colorcillo y por lo tanto pringa mucho el dedo (de aquí que use ese palito que me "regalaron", entre comillas porque con lo que me costó todo lo pagué con creces) , un labial con un color rojo tirando a rosa que dura una barbaridad manteniendo un intenso color y una máscara de pestañas en un formato de lo más peculiar. La máscara la compré por la pijada de bote, no mentiré, y pagué por ella más de lo que debiera pero bueno, queda bien, cuida la pestaña y la gastaré. Sin embargo el frasco en realidad es una incomodidad para transportarlo y traerlo de aquí para allá porque como en un descuido se te caiga la cagaste. Es de cristal e irá directo al cielo. El labial también, y ese espero que dure muuucho intacto porque me encanta.


Aquí un swatch (¿es esa la palabra adecuada en la jerga blogera? Aún soy una newby) de los labiales Nuxe y Lush, por orden: frambuesa y melocotón de Nuxe y bálsamo y labial rojo de Lush.


Por si aún no lo sabéis, me encanta el té, caliente en invierno y frío en verano, y como mi tía lo sabe (es una afición que compartimos) me llevó a su tienda de tés preferida. La tienda en cuestión era pequeñita y como cualquier tienda de té que se precie tenía un aroma embriagador. Yo iba buscando una mezcla de rooibos con violetas que había probado en su casa alguna vez, pero no la encontré. Lo que en cambio me encontró a mí, una feliz coincidencia, fue esta mezcla de té negro con granos de café, cacao y un toque de cítricos que me alegrará más de una mañana. Las bolsitas son un inventazo para el rooibos, tan fino que escapa a cualquier colador.


Aquí mis osos britanicosos, comprados en pleno corazón de Camden Town (barrio londinense lleno de tenderetes). El grande no tiene más función que la de ir colgado y como para llavero me resulta demasiado aparatoso me lo colgaré de mi bolso de teacher. El otro, el pequeñito, tiene doble función, evita que se acumule polvo en la ranura para el auricular y con su ventosa sujeta el móvil para poder ver vídeos y chorradas varias. Son osos Popobe, hay miles de modelos pero yo me he cogido los britanicosos.



Aquí casi casi la joya de la corona, aunque en la foto el pobretico no salga especialmente favorecido. Es un bolso de lona de la marca inglesa Cath Kidston, reversible aunque a mí es el lado de los autobuses el que me enamoró. Este año me acompañará al curro a enseñar inglés aunque sea a bolsazos.


Bolis Bic de los de toda la vida, pero en versión retráctil y de colorines. Quizás los vendan por aquí, pero no los he visto y me los he traído de Bélgica.


Y por último pero no por eso menos importante un organizador semanal de unas de mis tiendas preferidas de toda Inglaterra: Paperchase. Este curso estaré bien organizadita y preparada para lo que está por venir.

¿Qué os parecen las cositas que me he traído en este viaje?
¿Conocíais Bio Beauté by Nuxe?
¿Conocíais Lush?

¡Besitos y hasta pronto!

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1 comentario:

  1. Me encanta todo >_< pero el bolso es una autentica pasada!! vas a ser la profe de inglés más envidiada !.
    El balsamo rojo muy acertado, seguro que queda discreto y precioso ^^

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